Yves Rocher, seducción a nuestro cinco sentidos

Tras la observación realizada en el centro comercial Larios de Málaga el pasado día 9 de enero, se ha procedido al análisis de la clasificación del surtido y el estudio de merchandising que emplea la compañía de productos de belleza Yves Rocher.

Se ha realizado una clasificación de los mismos diferenciando: secciones, categorías, familias y referencias.

En el punto de venta se ha apreciado una gran coherencia en el surtido, ya que los productos son complementarios en relación con las necesidades que cubren. De igual manera, se percibe dinamismo, debido a que los productos son actuales, es decir, están actualizados con los cambios que se producen en el mercado y las nuevas tendencias en belleza. Esto se evidencia en productos como en el Aceite de Hamman.

En cuanto a la rentabilidad del surtido, nuevamente la compañía cumple con esta cualidad. En el punto de venta se aprecia una sección denominada “Ofertas”, lo cual sirve de “productos gancho” para el consumidor.

El seguimiento que llevan cada referencia, al emplearse códigos de barra, hace que el punto de venta tenga una buena trazabilidad, es decir, un buen seguimiento de los productos.

Cada uno de los productos que se hayan en el punto de venta están plenamente adecuados al consumidor, por lo que la esenciabilidad del surtido es patente.

Tras el análisis de las dimensiones del surtido de este establecimiento, se considera que este comercio es amplio, ya que se hayan una considerable cantidad de secciones. Es ancho, debido a que cuenta con varias familias en cada una de las secciones. Y por último, es muy profundo porque consta de una gran cantidad de referencias en cada familia. Esto se debe a que es un establecimiento especializado.

El punto de venta presenta técnicas de merchansiding visual debido a que emplea técnicas de escaparatismo propias para llamar la atención de los consumidores. Así mismo, presenta en su interior los productos de manera muy ordena, clara y límpia, por lo que el consumidor percibe que no se producen contradicciones que le lleven a la frustración de las expectativas. El surtido está distribuido de tal forma que  favorece  la circulación de los consumidores, es decir, los lineales permiten la fácil adquisición de los productos presentados.  Cada producto está cuidadosamente implantado en el lineal, con su respectiva etiqueta que lo identifica, así como también su precio. El surtido está establecido según secciones, por lo que para el consumidor es mucho más fácil su localización.

Por otro lado, de la mano de estas técnicas de merchandising visual, se perciben las estrategias de merchandising de seducción, es decir, maneras de llegar a los cinco sentidos del consumidor . Es muy evidente cómo los lineales captan la atención del consmidor, lo cual hace del establecimiento un espacio de ocio, reflejando al mismo tiempo la profesionalidad y especialidad que poseen en ese sector. Se percibe una atmósfera natural y fresca, lograda por medio de su decoración con fotografías “afrutadas” y aromas agradables.